Es muy difícil poder describir el funcionamiento de una Ley Ética que se encargue de regular los sistemas de información actual.
La ética en la función pública, y la moral en la administración de los negocios del Estado, siguen siendo los pilares fundamentales de todo orden republicano y democrático que se precie de tal.
Para ello, es necesario un funcionamiento acorde a la legislación actual regida por códigos y reglamentos que le permitan a la ciudadanía elegir a los mejores profesionales.
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